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  Vamos a realizar un repaso de los aspectos más importantes del funcionamiento y cuidado de un Nebulizador , elemento que  se ha convertido en un artículo de primera necesidad en todos los hogares. Con esta pequeña guía, el Nebulizador funcionará siempre como nuevo.



 

 



 













 
 


 
 


 
 
 


 


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Como el título lo expresa, el Nebulizador es un artículo que se ha transformado en un electrodoméstico más, siendo comercializado por cualquier casa de artículos del hogar y que ha dejado de ser un elemento exclusivo y privilegiado de las/los enfermeras/os que poseían ese equipo especializado y mecánicamente sofisticado. Gracias a la Electrónica y a la disponibilidad de nuevos elementos y componentes, se fabrican (naturalmente bajo estrictas normas de calidad) los Nebulizadores para uso doméstico.

Nos encontramos con dos tipos bien definidos y diferenciados entre sí. Existen los mecánicos (también denominados "Tipo Jet") y los que vamos a ver en este artículo, los Ultrasónicos. Ambos logran el efecto que se desea, que es la aplicación de una técnica médica llamada Aerosolterapia. Los primeros, por su naturaleza de funcionamiento, toman aire del exterior y lo empujan a una determinada presión a través de una fina manguera plástica hacia una ampolla, la que posee el debido medicamento, apropiadamente diluido en suero fisiológico. El trabajo de esta ampolla es lograr, a través del flujo de aire, una pulverización del medicamento, impulsándolo hacia la tapa superior de la ampolla donde se provoca un fenómeno llamado Cavitación, que es el que genera la niebla que el paciente aspira.

Los métodos más conocidos para crear este flujo de aire son dos, ambos de funcionamiento apirante - impelente. Uno que ya casi se encuentra en desuso por obsoleto es el construido a base de un sistema electromecánico que hace vibrar una membrana que mueve, dentro de un espacio determinado, dos válvulas de goma, provocando la aspiración por una de ellas y largando el aire aspirado por la otra hacia la manguera que conecta a la ampolla nebulizadora. El otro modelo mecánico utilizado en la actualidad, es a base de un cilindro dentro del cual se moviliza un pistón, cuál si fuera el interior de un motor de un automóvil. Este pistón es impulsado por un motor eléctrico, lográndose de esta forma el mismo accionamiento de válvulas en un cabezal, cómo en el caso anterior, a excepción de que de esta forma se logra un sistema mucho menos ruidoso que el anterior.
 

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El empleo de esta técnica, creó la posibilidad de utilizar el ingreso al sistema de circulación de aire, como aspirador de las secreciones mucosas de los niños. Por desgracia y des-información, este hecho abrió una puerta muy grande de comodidades a aquellas personas que creían haber encontrado una solución poco traumática para la aspiración de la mucosidad en las criaturas. Este hecho provoca dos graves problemas que, por desconocimiento, la gente comete el error de repetirlo en forma continua. El primero y más grave es no darse cuenta que la totalidad de la mucosidad aspirada (infección), no queda en la ampolla de aspiración, he ingresa gran parte de la misma al interior del nebulizador, tomando contacto con el circuito de circulación de aire, contaminándolo. Parte de esta mucosidad queda adherida al interior del sistema mecánico y otra es expelida al exterior.

La que queda dentro del nebulizador, es un foco infeccioso que luego vuelven a reinsertarle al enfermo cuando lo nebulizan. ¿Suena espeluznante verdad? Sin embargo, es la realidad de uso de estos equipos.
El segundo problema es que con el tiempo, la mucosidad se seca, formando una sustancia cuasi-sólida que destruye el interior de la mecánica del conjunto "cilindro - pistón", ya que el mismo, es íntegramente de construcción plástica. Pero esto, es un dato menor comparado con la atrocidad anterior. Si usted conoce a alguien que utiliza este tipo de técnica, explíquele los riesgos a los que expone al enfermo, nebulizándolo con estos equipos que ya fueron usados para aspirar mucosidad - infección, y si aún está a tiempo, aconséjelo a que no los use para esa aplicación.
 


 
 


 

Afortunadamente la Electrónica viene en nuestro auxilio, ofreciéndonos, unidades altamente silenciosas, confiables y seguras, como son los Nebulizadores Ultrasónicos. Basados en un circuito oscilador de potencia, transmiten una determinada energía a un dispositivo que se lo conoce como cristal, el cual cumple dos misiones muy importantes. La primera de ellas es fijar la frecuencia de oscilación del sistema, que quién dependerá el tamaño de las partículas de líquido, medible en uM (Micrómetros). La mayoría de estos equipos, generan partículas de 4 a 5 uM, tamaño que muchos médicos afirman, que no alcanza para arrastrar la cantidad de medicamento suficiente, por ser éste, de mayor peso que el suero fisiológico que lo disuelve, para volverlo más soluble y poder ser activado más fácilmente por el ultrasonido aplicado. La segunda misión que cumple éste cristal es la de transmitir al líquido la energía para provocar el movimiento energético que permitirá impulsarlo hacia una superficie donde se provocará la Cavitación antes mencionada y así generar la niebla.

Los Nebulizadores Ultrasónicos se dividen entre los que poseen una cámara de agua, a través de la cual se transmite el ultrasonido hacia una membrana móvil, donde se coloca la solución medicinal y un segundo grupo, en los que el medicamento se apoya directamente sobre el cristal oscilador, sin ninguna intermediación. En cualquiera de los dos casos, tendremos un oscilador de potencia, como dijimos antes, que trabajará a la frecuencia que determine el cristal, que variará de acuerdo al tipo de resonador empleado y en consecuencia, al tamaño de la partícula de solución que se quiera lograr, siendo los valores más usuales de 1Mhz. a 3Mhz. con una potencia entregada al líquido, de unos 5 a 10 Watts de esta frecuencia. En el siguiente gráfico vemos un circuito de uno de estos equipos.


Clic sobre la imagen para ampliarla

Debido a que, como dijimos antes, se trata de un oscilador de potencia, debemos tener presente que sus partes "activas", van a adquirir un nivel de temperatura que necesitará ser controlado para evitar problemas a la hora de la duración del nebulizador. Una de las fallas más comunes en este tipo de equipos (los que apoyan el líquido sobre el cristal) es la deformación del soporte del cristal en la estructura plástica del gabinete. Tanto el transistor de potencia, como el cristal, requieren de disipadores de calor, los cuales sirven de soporte para las partes y siendo este conjunto, la constante víctima de las fallas provocadas por el mal uso del equipo. Una de las costumbres poco felices de los usuarios es realizar la nebulización, hasta terminar todo el medicamento, es decir, hasta la última gotita que le recetó el médico. Ésta práctica, si la analizamos detenidamente, nos lleva a la siguiente conclusión:

A medida que transcurre el tiempo de uso, el conjunto cristal + soportes, va tomando una temperatura de trabajo la cual será disipada por el conjunto de soportes, mecánicamente construidos para tal fin. Mientras  la nebulización transcurre, la temperatura "trata" de ser disipada al aire en su totalidad. El tiempo que la mayoría de los fabricantes aconsejan para el uso continuo de estos equipos es de 5 minutos (como máximo,) y luego un tiempo de descanso (de enfriamiento) de media hora, antes de realizar una nueva nebulización.
Esto naturalmente acompañado de la observación de que el receptáculo donde se ubica el medicamento NUNCA quede nunca vacío, es decir, que siempre exista medicamento sobre el cristal. No debe estar conectado el equipo sin medicamento en el interior. Lo expresa claramente la etiqueta superior que incorpora el Nebulizador.

Lamentablemente la realidad es muy distinta.

  • Cuando se enferma uno en la casa, se enferman todos.

  • Los nebulizadores se prestan.

  • La gente los usa hasta "secar" el receptáculo de medicamento (Hasta la última gota)

  • El Nebulizador suele quedar encendido sin medicamento durante muchos minutos sin que nadie lo advierta.

  • Los niños se nebulizan solos y no prestan atención a este detalle. Se duermen y los resultados son fatales para el Nebulizador.

  • El Nebulizador suele funcionar horas, en forma ininterrumpida.

Esta sumatoria de errores concluye lamentablemente en la pérdida del correcto funcionamiento del Nebulizador. Tanto funcionamiento continuo, provoca la "deformación" permanente del plástico de soporte del sistema, haciendo que todas las partes que se "sellan" y se mantienen a presión para evitar filtraciones, se "derritan" haciendo que parte del líquido (salino) comience a filtrar hacia el interior del Nebulizador.

En virtud de que el suero fisiológico, utilizado como diluyente del medicamento es de naturaleza salina, ésta provoca una corrosión en las partes internas del Nebulizador, muy grave, habiendo casos, en que se ha tenido que desechar totalmente la unidad debido a que en muchas oportunidades se encuentran en condiciones irrecuperables, producto de la corrosión. La fotografía de la derecha muestra (haga click sobre la misma para ampliarla) , la comparativa entre soportes afectados por la corrosión, activada por el ataque de la salinidad del suero que filtra hacia las partes internas del nebulizador (abajo) y soportes nuevos (arriba).

Cuando estemos ante un caso de ésta naturaleza, debemos limpiar estos soportes, mediante la técnica del "arenado" y pulir el aluminio hasta lograr que el mismo quede como muestra la fotografía. Un conjunto de soportes afectados por la corrosión, nunca harán el contacto eléctrico efectivo sobre el cristal, haciendo que de esta forma no se pueda transferir la energía ultrasónica al mismo. Por este motivo es de vital importancia, para un correcto funcionamiento, una limpieza profunda y a conciencia de "todas" las partes que intervienen en este anclaje mecánico.

Debemos tener especial atención también, al efectuar estas reparaciones, en cuidar que todo el conjunto que soporta al cristal quede bien presionado, debiendo a veces trabajar (limar) la carcasa plástica para adaptarla a la nueva posición adquirida, producto de la deformación plástica. Otro fenómeno que provoca este "descuido" o "mal uso" del Nebulizador, es la progresiva degradación del cristal resonador. Para los modelos en que la solución medicinal se apoya directamente sobre el cristal, debemos observar que el mismo, debe conservar un color blanco uniforme sin manchas oscuras. Estas manchas nos indicarán que el mismo, se ha excedido en su temperatura de trabajo y como consecuencia de ello, ha comenzado su degradación, con la consecuente imposibilidad de hacer funcionar el oscilador y la disminución progresiva de la cantidad y calidad de niebla generada. En este caso, no tendremos otra solución que reemplazarlo por uno nuevo. y de iguales características.

Otro de los problemas que surgen con el mal uso de estos nebulizadores, es la acumulación de salinidad en todo su interior, debido a que el usuario, no vacía el depósito de medicamento una vez que termina la nebulización. Y no sólo DEBE vaciarlo, sino que además, DEBE secarlo, porque DEBE higienizarlo. Con cualquier servilleta de papel, con cualquier género limpio, con lo que higiénicamente tenga disponible, pero debe hacerlo, para prolongar la vida útil de las partes del Nebulizador que toman contacto con el medicamento y la solución salina. Por último nos encontramos con otro uso incorrecto y es el hecho de usarlo siempre a la máxima potencia de niebla (en aquellos modelos que poseen potenciómetro de ajuste). Naturalmente esto significará, mayor disipación de calor y mayores probabilidades de acortar la vida útil del equipo. A mucha gente le gusta ver que su Nebulizador genera más niebla que la de su vecina, pero no toma en cuenta, cuán nocivo es esto para su equipo y qué innecesario es para el tratamiento al enfermo.

La cantidad de niebla emanada por el nebulizador, debe ser acorde a lo que el enfermo pueda aspirar, para de esta manera, aprovechar "toda" la dosis de medicamento recetada, ya que de lo contrario, se desperdiciará gran parte de la misma y el efecto del medicamento será menor. Dicho de otro modo: si el médico le receta una pastilla, no tome media.

Por lo tanto recomendamos:

  • No colocar más medicamento que el indicado por el profesional en el recipiente.

  • Ajustar correctamente la cantidad de niebla, de modo que el paciente pueda aspirarla en su mayoría

  • No esperar a que se termine el medicamento para apagar el equipo.

  • No abusar de su funcionamiento. Dejarlo descansar al menos 15 a 20 minutos entre una nebulización y otra.

  • Secar el depósito del medicamento una vez realizada la nebulización

No es tan extenso como leerse una Biblia, son tan sólo cinco (5) puntos vitales a tener en cuenta para lograr una prolongada vida útil de su nebulizador o el de su cliente. Eduque al usuario, explíquele estos parámetros, convénzalo que este manejo no significará un mejor funcionamiento, sino una vida útil, más prolongada de la unidad.

Y naturalmente, esta será una muy buena propaganda para su Taller de Service.


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